
El croissant por Gastón MIÑO
En Argentina, consumimos una adaptación del croissant francés que recibe el nombre de "medialuna".
Aunque la composición es parecida, la miga es más suave y húmeda; el croissant, por su parte, contiene un mayor porcentaje de mantequilla y el sabor dulce esta mas marcado.
Además, pintamos los croissants con sirope cuando los sacamos del horno.
¡Yo utilizo los 5 sentidos para valorar la calidad de un buen croissant! Lo primero, la vista; luego, el tacto; y, finalmente, el sonido. La corteza tiene que estar crujiente con una buena laminación y la miga debe estar fresca y húmeda.
En cuanto a la textura, el croissant debe percibirse como crujiente en la boca. Respecto al olor y al sabor, el croissant debe ser en primer lugar mantecoso, cremoso y con notas dulces y lácticas (ligeramente ácidas) y con aromas a frutos secos. ¡El sabor debe ser complejo y persistente!
Otra diferencia entre el croissant francés y la medialuna argentina es la apariencia de la miga: la miga del croissant francés tiene un alveolado irregular, mientras que la miga de la medialuna argentina es apretada y cerrada.
Además, es interesante mencionar que en Argentina no hay croissants con relleno. Independientemente de que sean croissants o medialunas, la tradición es consumirlos en el desayuno acompañados de café o café con leche.
Gastón MIÑO, Panadero argentino participante en la categoría gourmet en el Master of Boulangerie. Saf Argentina.