En China, los productos cocidos al vapor están omnipresentes en la vida diaria. A medida que crecen las ciudades, prospera en China la producción y el tratamiento de panes al vapor. Con el desarrollo de la sociedad y la mejora de las condiciones de vida de las personas, la demanda de productos ya no se limita a la mera saciedad. Al calificar algo de «delicioso», ya no nos referimos solamente al gusto, sino que hay mayores expectativas por la apariencia, la sensación en boca y el aroma de los productos, es decir que la demanda sensorial de las personas ha pasado a ser más intensa y evidente.

Por consiguiente, cuando abordamos la I+D de panes al vapor, no solo buscamos un gusto innovador y duradero del producto, sino que también nos esforzamos al máximo para que el aspecto de nuestros productos sea más atractivo de manera a adaptarnos a diferentes escenarios de consumo. Además, algunos panes al vapor tradicionales son difíciles de elaborar en casa debido a la dificultad del proceso y la cantidad de ingredientes.

Por consiguiente, en las fases tempranas de diseño de panes al vapor, también tendremos en cuenta un «proceso cómodo y rápido» como un factor de desarrollo de productos para crear alimentos deliciosos de forma más sencilla. Además del gusto y la apariencia de los productos, también nos esforzamos por conseguir el mejor gusto para la masa.

Lo que tratamos de obtener es una masa delicada, suave y no pegajosa En el mercado de panes al vapor actual, se observa que se comercializan cada vez más productos con una combinación de elementos chinos y occidentales, al tiempo que se conserva el gusto tradicional de la comida china. Nuestra introducción del «rulo de algodón de carne» combina sin lugar a dudas la tradición y la modernidad para satisfacer las necesidades de nuevas papilas gustativas. El reconocimiento de los nacidos después de 1990, principal grupo de consumidores actual, sienta unas bases importantes para el éxito de los productos.